TAPA DEL D&Iacute;A A sus 56 a&ntilde;os, Antonio Barrio contin&uacute;a transmitiendo su pasi&oacute;n por la agronom&iacute;a y la docencia, a pesar de estar de licencia por Esclerosis Lateral Amiotr&oacute;fica (ELA), una enfermedad degenerativa que afecta progresivamente sus m&uacute;sculos. Docente de la Universidad de Buenos Aires, Barrio encontr&oacute; en la ense&ntilde;anza una fuente de prop&oacute;sito que supera cualquier limitaci&oacute;n f&iacute;sica. Su objetivo es acercar la ciencia agraria y ambiental a j&oacute;venes que desconocen el alcance de la profesi&oacute;n, mostrando que el valor de una vida no se mide por lo que se produce, sino por lo que se deja sembrado. &ldquo;Cuando les cont&aacute;s lo que se hace, los chicos dicen &lsquo;&iexcl;Est&aacute; bueno!&rsquo;. Hay un prejuicio con los agr&oacute;nomos, piensan que usamos solo agroqu&iacute;micos, y les explico que es una herramienta usada con conciencia&rdquo;, relat&oacute; durante su participaci&oacute;n en el Congreso de Aapresid. Su recorrido profesional comenz&oacute; con desaf&iacute;os personales y acad&eacute;micos. Barrio estudi&oacute; Ingenier&iacute;a Agron&oacute;mica mientras criaba a sus hijos y trabajaba en empleos que no le satisfac&iacute;an, demostrando que la perseverancia y la pasi&oacute;n pueden transformar la vida. &ldquo;Siempre tuve ese signo de pregunta de la Agronom&iacute;a, y mi esposa le puso el agua para sacarla a luz&rdquo;, record&oacute;. Tras graduarse, se dedic&oacute; a la docencia universitaria, inicialmente de manera ad honorem, y luego de forma plena, acercando la ciencia a estudiantes de escuelas secundarias, especialmente urbanas. M&aacute;s de 2.100 estudiantes visitaron la Facultad de Agronom&iacute;a en 2023, mientras que m&aacute;s de 75.000 participaron en ferias y encuentros educativos. &ldquo;Una vez vino una chica a una charla y despu&eacute;s me escribi&oacute; que quer&iacute;a volver. Vino con su hermana, que estudiaba profesorado de biolog&iacute;a. Un a&ntilde;o despu&eacute;s me las encuentro y las dos se hab&iacute;an anotado. Para m&iacute;, fue un momento de mucha felicidad&rdquo;, relat&oacute; Barrio, subrayando el impacto de su labor en la vocaci&oacute;n de los j&oacute;venes. <p style="text-align: center;"> <p style="text-align: center;">Antonio Barrio participa de la charla en Aapresid Aprender, compartiendo su experiencia y motivando a los estudiantes pese a la ELA. (Foto: Aapresid). A pesar de la ELA, mantiene un mensaje de esperanza: &ldquo;Estoy en una etapa complicada de la vida, pero mi idea es seguir sembrando. Quiero invitar a las empresas y a los agr&oacute;nomos a abrir las puertas de sus establecimientos y f&aacute;bricas, porque los chicos no saben lo que hacemos. Nuestra forma de vivir es hermosa, y tenemos que cambiar el modelo de que sin campo no tiene sentido estudiar Agronom&iacute;a&rdquo;. Antonio enfatiza la importancia del sector agropecuario para el pa&iacute;s: &ldquo;No somos malos, nos gusta producir m&aacute;s y mejor para un mundo que no deja de crecer en poblaci&oacute;n, pero con una superficie escasa&rdquo;. Con cada charla, visita de estudiantes y an&eacute;cdota compartida, Barrio demuestra que la pasi&oacute;n, la vocaci&oacute;n y el compromiso pueden superar cualquier adversidad, dejando una huella en las nuevas generaciones de agr&oacute;nomos. Opini&oacute;n p&uacute;blica: Su historia ha generado impacto en estudiantes y docentes, mostrando que el ejemplo de vida, la resiliencia y la entrega educativa son m&aacute;s poderosos que cualquier enfermedad. Antonio Barrio se consolida como un referente de inspiraci&oacute;n y ense&ntilde;anza. TAPA DEL D&Iacute;A